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(#07) Hablan las Musas - Una sombra.

Las Hojas fueron agitadas por Irewen jueves, 2 de septiembre de 2010



Cambio de temática para traeros una nueva entrega de "Hablan las Musas" después del silencio de ayer. Es cortito, al final los personajes han hecho lo que querían porque esto iba a ser mucho más largo, pero no se qué me ocurre últimamente que no consigo escribir nada de más de unas pocas hojas de extensión.

¿Qué os parece? ¿Se entiende bien? ¿Os ha gustado o directamente creéis que no?


La oscuridad estaba rota por miles de luces tintineantes. En realidad no había ni una sola sombra en toda la metroplex, al menos no a simple vista. Una figura se encontraba sobre uno de los tejados planos de una antigua fábrica mirando las calles que se extendían delante de sí. El viento agitó el largo abrigo negro pero los ojos grises, del color del acero, no mutaron su gesto observando con aparente tranquilidad lo que había en la calle. Ruido, gente, gritos. El pan de cada día. A sus fosas nasales llegaba, incluso hasta aquella altura, el olor a sudor, a tabaco, a alcohol y a tráfico. Más allá, se veían los edificios de las corporaciones que rompían el cielo en su altura y en sus proporciones como si fueran los antiguos castillos de épocas pretéritas. Sus ojos estaban anclados en uno de ellos, esperando algo ¿quizá una señal? Una mueca apareció en sus labios cuando apareció, alta y clara, en el cielo nocturno.

Era la hora de actuar.

Su cuerpo, que hasta hacía unos segundos se había mantenido inmóvil, cobró vida de repente, con un gesto rápido que le hizo cobrar velocidad mientras saltaba al siguiente tejado como si fuera lo más habitual del mundo y en su caso lo era gracias a los ciberimplantes que llevaba adosados a su cuerpo. Era una máquina perfecta, una máquina perfecta que corría con velocidad por los tejados mientras se dirigía hacia donde el resto de sus compañeros deberían estar. Su cuerpo giró en el aire tras tomar impulso y se agazapó en un nuevo tejado, su oído había notado un ruido, un movimiento, una sensación que le hizo ponerse por completo en alarma y los ojos del hombre se deslizaron por ese nuevo lugar esperando algo que no tardó en llegar. Una pisada a su izquierda, una respiración entrecortada, un olor dulce que hizo fruncir el ceño y alargar la mano en un movimiento brusco que le llevó hasta detrás de una chimenea y sujetar a alguien por el pelo.

—¿Por qué me sigues? —preguntó en apenas un susurro.

Sentía cómo la persona que estaba a su lado respiraba con dificultad, seguramente por el dolor que provocaba su mano en su pelo. Tiró un poco más fuerte dejando la garganta al descubierto y apoyó con firmeza el cuchillo que siempre llevaba en la bota militar de color oscuro.

Una gota roja salió del cuello, pero el hombre no desvió la mirada. Era una mujer, una mujer que luchaba por respirar y contra el dolor, una mujer que no forcejeó y que aparentemente se había quedado muda. La rabia se instaló en su pecho, sabía lo que tenía que hacer y se preparó. Sujetó con fuerza el cuchillo y cuando estuvo a punto de hacerle una enorme sonrisa algo le detuvo.

Un dolor penetrante, un dolor que se extendía por todo su cuerpo desde su cerebro, un estallido que le dejó ciego mientras que miles de estrellas brillantes aparecían detrás de sus ojos. Magia. Zorra. Era una puta maga. Sintió un golpe en el estómago, más que el dolor de este gesto porque sus terminaciones nerviosas estaban colapsadas, y se dobló en dos al tiempo que el cuchillo caía al suelo con un sonido metálico. La respiración se fue de sus pulmones y no pudo por menos que boquear, ni todos los ciberimplantes del mundo podían nada contra un ataque que iba más allá de su entendimiento. Alzó su mirada acerada clavándola en la mujer que tenía delante: vestía de oscuro, su rostro estaba prácticamente oculto entre las sombras y el cabello oscuro bailaba a su alrededor salvaje.

—No puedo permitir que lo hagas —musitó mientras clavaba su mirada azul en la de él—. Os han mentido.

No pudo decir nada, solo pudo sentir cómo unos cables que estaban un poco más allá en el tejado se acercaban como serpientes hacia él tras una mirada de la mujer y le atenazaban como serpientes las muñecas, las piernas, el cuerpo por completo. La ira bullía por todo su cuerpo, la sangre ardía como si miles de fuegos se hubieran prendido de repente en todo su cuerpo y el dolor sordo persistía en el fondo de su cabeza.

—Suéltame zorra, suéltame o te juro que te mataré —masculló de forma entrecortada.

La mujer negó brevemente y él buscaba ver su rostro, pero no lo consiguió. Sin decir una palabra más se movió para fundirse entre las sombras y prácticamente desapareció. De pronto no había olor dulce, ni presencias extrañas en aquel tejado más que el hombre que buscaba desesperado soltarse. Maldijo mientras los cables se adentraban con furia en sus muñecas, maldijo porque no podía soltarse y porque sus compañeros le necesitaban: él era la cabeza, el que había contactado, el que sabía lo que había que hacer con la puta información. No pensó en las palabras de la mujer solo lo hizo para grabar el tono de voz en su memoria. Maldijo de nuevo y cerró los ojos, el dolor persistía y no podía pensar con claridad.

Y entonces llegó, llegó la explosión y se tensó. El edificio en el que estaba retumbó. Pudo ver la luz que le cegó durante unos instantes y tuvo que apartar hacia un lado la vista. Y cuando volvió todo a la normalidad pudo ver un boquete donde su equipo debería haber estado unos instantes antes, donde él debería haber estado. Estaba vivo por la intromisión de la zorra maga. Apretó los dientes y buscó soltarse de nuevo. Los cables cayeron inofensivos a sus pies y él se levantó sintiendo los últimos retazos del dolor provocado.

La puta le había salvado la vida, pero él acabaría con la suya.

9 hojas al viento

  1. While Says:
  2. WAAAW! o.o

     
  3. María Says:
  4. Me encanta la última frase ^^. ¡Sigue escribiéndonos!

    Un beso!

     
  5. Blanca Says:
  6. Me encanta, pero bueno a mi es que me gusta todo lo que escribes xDDD sigue subiendo más cositas *_*

     
  7. maru Says:
  8. ¡ay! siempre me dejas en lo mejor. Creo que voy a empezar a rebuscar por tu habitación ¡que ésto no puede ser!
    Sigue y me lo pasas :))

     
  9. Kestra Says:
  10. Uyuyuy, me gusta, me gusta el muchachote. Me gustan tus últimas frases :)

    Besos!

     
  11. Mike Ende Says:
  12. Está genial, muchacha, sigue con ello ;)

     
  13. Unknown Says:
  14. ¡Está genial! como sigo tu blog desde hace poco no había leído nada tuyo, ¡escribes genial!
    sigue subiendo cositas ;)

    Un beeeso

     
  15. Irewen Says:
  16. Muchas gracias por dejarme vuestra opinión, me alegra mucho que os haya gustado :) ¡Un beso!

     
  17. Unknown Says:
  18. Que si se entiende dices?? está GENIAL preciosa! Siento no haberlo leído antes, pero quería hacerlo con tiempo. Chica en serio, quiero leer algo largo tuyo, porque escribes de maravilla y por mucho que digas, las escenas de acción te salen genial.

    Anímate a hacer algo más largo wapi! Tengo pendiente los que me pasaste, y prometo leerlo en cuanto acaben los exámenes con tranquilidad, vale??

    Besotes! :)

     

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